El ser humano tiene el gran pribilegio de formar parte de una familia. La familia nace en el corazón de nuestro creador con el propósito de que vivamos y formemos sociedades integras y sanas.
Dios le declaro a Abraham, bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familia de la tierra.(GN 12:3)
Practiquemos el principio bíblico bendiciendo a nuestra familia, nuestra sociedad y nuestro mundo.
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